como el silencio a mitad de mediodía en una ciudad como Bogotá, dejas pasar eventos apenas perceptibles…
te sientas, miras de un lado hacia otro sin buscar un otro, tomas el espejo derecho, lo acomodas brevemente; luego el retrovisor, la música, las pequeñas ventilas del frente, un suspiro, el saco…
el sol cae, la ruedas besan la ciudad gris.
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