Algunos intentan sepultarlos bajo montones de palabras, hablan una y otra vez hasta que el nombre del otro comienza a perder sentido, solo les basta contar una y otra vez.
otros intentan olvidarlos, intentan esconderlos debajo de las cobijas, de la cama, del sofa, y no se dan cuenta que generalmente los esconden debajo de la piel, donde curiosamente se notan más.
otros convierten eso que fue en furia, venganza…
y unos pocos… solo unos pocos toman esos amores, se los llevan adentro, los sueltan al mar y sonríen.
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