un día de estos

un día de estos Juan Alejandro va a tomar su lonchera, te va a buscar en el recreo, se detendrá a verte saltar la cuerda, apretará con su mano derecha la chocolatina ya derretida dentro del saco del cole, tomará un largo suspiro, apretara sus dientes, la cara se le pondrá roja, te irá a buscar, no le impotará cruzar el patio con una flor en su otra mano, caminará firme y apresurado, al llegar ante tí no le importará que estés jugando con todas tus amigas, él no las notará, te dejará la florecita, la chocolatina, una sonrisa y se irá corriendo al otro patio…
la preguntas es… ¿iras tras él?

Extrañezas… de puntos seguidos…

él muy posiblemente no extrañaba el sonido del teléfono, ni las charlas de la noche, tampoco extrañaba el olor de su carro o el sonido que hacia la puerta e madera al empujarla… él extrañaba algo mas esencial y simple; el ver su piel descubierta por la sabana a medida que amanecía, en la forma en que miraba la ventana, lo que decía de las tardes, los gestos sutiles para pedir un favor… sus manos sobres las de él… la forma de pedirle para que se acercara ante un beso… en general él extraña puntos suspensivos…

Collage para Amarla

Tendrá que leerla en la mañana, descifrar la sonrisa con un café
desenredarle los pensamientos, prepararle un desayuno de hojas y letras,
habrá que besarla como un suspiro sin tiempo, sentir su asusencia como la pisada del último escalon inesxistente en una escalera, ser explorador de su cuerpo, divagar sobre cada arruga de la sabana encima de su piel…
amarla en el efímero, cambiante y extraña permanencia ahora… 

Hablando de besos

de esos besos que nos diluyen en el tiempo, de esos meramente tiernos y que nunca se dan, de aquellos que ocupan en el lugar de la soledad, de aquellos dados sobre la mesa, de los que se acompañan con una sonrisa, de los terminados antes de tiempo, de los medios besos fijados con una mirada, de los no dados, de los deseados, de aquellos que aun esperan…
pequeños sueños de un par de labios…

Exploradores

Usualmente los exploradores no son más que uno que otro proscrito, uno que otro que ha dejado de mirar hacia los mismos sitios, aquellos que la comodidad de la vida cotidiana les pica cada vez que se sientan en el sofa.  Hay que en definitiva tener algo de angustia para salir y cruzar la puerta, para mirarla y notar como con cada paso se hace pequeña. Para mi los exploradores me recuerdan a las notas de piano, cada pulso es como una despedida y que se va distanciando con el tiempo, nada puede detener ida de las notas… Con cada día.. poco a poco soy tambien explorador…

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desencuentros en aeropuerto

Parece inevitable que de una u otra manera siempre termine tomando un capuchino en el Juan Valdez del aeropuerto el Dorado. Cabe anotar que hace años deje el café, pero estando en el aeropuerto y dada la situación es parte del rito de las despedidas. Porque si, una vez más me despido de alguien; para muchos de ustedes o la gran mayoría ir a despedir al aeropuerto es algo que sucede un par de veces en la vida. En mi caso parece ser parte de esos eventos cotidianos; he visto como algunas familias lloran, otras se prometen escribir todos los días, conectarse por skype, el abuelo que dice que ahora si abre una cuenta de correo, y todo tipo de promesas que usualmente y por experiencia resultan pretensiosas; no niego que habrán comunicaciones, que en ocasiones y en algunos meses esas comunicaciones seran menos distanciadas. Sin embargo, hay que aceptar que en toda despedida, hay una despedida de una cotidianidad, esa cotidianidad de ir a cine, de hablar al lado de un jugo, de verse con la mirada cercana del otro, de escuchar la respiración agitada al subir las escaleras, las palabras del otro cuando describe el sabor de la comida. Eso es lo que se extraña en últimas y que por más skype, msn, gtalk no se cubre; al cabo de unos días se aprende a vivir con esas nostalgias, se comienzan a encontrar nuevas cotidianidades. Y también estan los olvidos porque asi se niege una y otra vez frente a ese otro, el olvido llega; es inevitable, no hay nada de malo en ello, porque no es que el paso del tiempo, sino las cosas que se hacen en ese tiempo lo que hacen los cambios en la cotidianidad… 

Las cartas de Pablo (VIII)

Tal vez no nos veamos hoy, pero estaré en la frontera pensando en vos.
Las cartas qué son sino otra forma de poder extrañarte por medio de cuentos y letras que escriben una cotidianidad quimérica y que se suele ocultar detrás de los ojos; cartas, letras y palabras que cuentan la armónica que compré, el cuento que hice y que no te conté porque no me gustó, el poema que tuvo un destino igual. Será que hay demasiada sed y demasiada agua, dónde entonces está Sherezada para escucharla por las madrugadas con sus historias y ser parte de una de ellas. Yo que soy un amante de las letras, de las palabras o ¿son ellas mis amantes? Bueno eso no importa; yo con mis quereres y el mundo con los suyos.