Despropósitos

Tal vez sea un buen momento para comenzar con los despropósitos.

Se podría comenzar con una tortuga durmiendo en lunes festivo vestida de tul o de pronto pintar letras en la pared de mi cuarto. A lo mejor me hago el despropósito de invitarte a ningún lugar, de no vernos el viernes en el último piso de la torre Colpatria. Luego llevarte con los ojos tapados hacia el cine para escuchar la película.

despropósito tras despropósito

 

Si

La respuesta a la pregunta es un si, un si e estos que deben escribirse en mayúsculas con letra garamound. Un si de estos que viven dentro de otro si. Un si de esos que inundan el estómago, de esos que deben compartirse, de esos que se escurren entre los ojos…un si que por desgracia también sabe a adiós.

esos encuentros

 

Una de las particularidades que me gusta de usted; se da cuando nos encontramos en mitad del camino. Generalmente yo la veo primero y observo como medita con el mundo y mientras tanto me busca. Cuando me ve, acelera el paso, sonríe y, aunque intenta disimularlo yo veo que da un par de brinquitos. Yo me quedo en el mismo sitio, sonrío al tiempo, y sólo espero que a su llegada se abrace como si quisiera sostenerse de un peñasco.

flores de coco

Ella y las matemáticas de 4 años

Ramiro nunca tuvo claro cuáles eran sus sentimientos con respecto hacia ella. Por más que le daba vueltas a sus sentimientos en las mañanas; se sentía atrapado como cuando se tiene gripa y todo parece andar muy lento. Sin embargo, Ramiro estaba decidido a que tal situación cambiara. No era posible que después de 4 años, los días siguieran pasando de la misma manera y los pensamientos le implicaban un mayor desgaste no solo mental, sino de tiempo. Y es que Ramiro según sus relojes invertía diariamente entre 10 y 12 minutos en tal situación, lo que al año se traduce en  3650 minutos o dos días y medio o una semana laborable. Es decir que Ramiro se había gastado una semana completa en el simple acto de pensar cómo se sentía con respecto a ella y si a  eso le sumamos que es por año y a ella la conoce hace 4, da como resultado el equivalente a un mes.

Después de tanto cálculo y aritmética, Ramiro tomó valor, aunque sinceramente no tenía mucho y recurrió a cuanto libro de autoayuda había leído. Fue al teléfono, marcó los 8 números que se sabía de memoria, escuchó el timbre una vez, dos veces, tres veces…

-Alo?

-Hola, te estoy llamando…

-Si, eso me doy cuenta

-Mira… es que desde que te conocí te he pesando como 4 meses

-¿de qué estas hablando Ramiro? nos conocemos hace 4 años; dame un segundo que estoy en el carro y voy a pasar por algunos puentes.

En ese momento la llamada se cae y a Ramiro se le acaban los minutos. Con el sudor por la piel y el sentimiento gastado, da un gran suspiro, toma su mochila y, se dirige al apartamento de ella. En la portería, lo dejan entrar y desde allí comienza a pegar post-it  naranjas con el nombre de ella, hasta la puerta son dos pisos, 40 escalones, 54 metros y en total 235 post-it. En la puerta arma un corazón y un retrato a punta de post-it de colores (53 post-it adicionales) y mientras la espera se duerme.

Ella llega a eso de las 11 de la noche, a medida que avanza y se prenden las luces mira los papelitos naranjas, observa cómo se dirigen a su apartamento y al llegar se encuentra con Ramiro; toma uno de los post-it le escribe algo y se lo pega en su mano; tiernamente le dice

-Buena noche

-Hola, ya llegaste

-Si, ya te diste cuenta; es más fácil sí en vez de decirmelo me lo susurras al oido

Ramiro sonríe y cuando va a ponerse de pie se da cuenta del post-it que ella le acaba de poner. Se lo pega a los labios de ella y la besa.

 

 

 

Toparme con usted

me tope con usted de la manera mas desprevenida y sencilla, me la encontre en mitad de unas hojas y la vi sonriente. Recordé sus ojos negros y su sonrisa descarada; olores de cigarrillos, de whisky y de mundo. y pensar que sigo extrañando cómo se quedaba mirando desde el balcon la ciudad y escribiendo sobre la madera las canciones que se le venían a la cabeza.