Una de las particularidades que me gusta de usted; se da cuando nos encontramos en mitad del camino. Generalmente yo la veo primero y observo como medita con el mundo y mientras tanto me busca. Cuando me ve, acelera el paso, sonríe y, aunque intenta disimularlo yo veo que da un par de brinquitos. Yo me quedo en el mismo sitio, sonrío al tiempo, y sólo espero que a su llegada se abrace como si quisiera sostenerse de un peñasco.
Para comentar debe estar registrado.