instancias..

Javier Alberto de las tres Marias, pretendió sin mayor éxito guardar aquella esperanza en mitad de una cajita azul y que llevaba dentro del bolsillo, intentó por todos lo medios, hacerla caber, la dobló, planchó, enrolló, apretó y aun así no entraba.
Así que decidió dejarla sobre el sofá… la dejó tiernamente con sus manos…

la esperanza se quedó allí un buen rato, con sus patitas en el aire jugando, siguiendo la sombra de la silla mientras transcurre el día…

todas las esperanzas juegan, se juntan… y Javier Alberto de las tres Marias un buen día sencillamente dejó de buscar y se sentó a jugar.