depués de un par de copas la galleta de chocolate no tenía ni la menor idea de lo que podría pasar; se deslizó en la lonchera como tiende a suceder cada sábado y se dispusó a ir en compañia de la lápiz al colegio. Sin embargo, ese día la acompañaba un tarro blanco que nunca había visto, sin mayor preocupación se estiró y quedó dormida en el trayecto. Hacia eso de las nueva d ela mañana sintió que habría un terremoto en la lonchera, se desperezó sus ojos y antes que pudiera tomar plena conciencia del día, sintió como era mojada por un extraño liquido blanco, la sumergían una y otra vez y ella notaba como perdía cualquier integridad, se sentía blanda, con poca fuerza… antes de quedarse dormida y con el último parpadeo, vió una sonrisa infantil que decia: mmm galletas de chocolate con leche mmmmm
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