últimamente son días de esos días, de no hallarme, de no tener ganas de buscarme, de no sentirme cómodo en la oficina ni el taxi, de estar cerca y a la vez distraído. Tal vez sea que la temporada de despedidas me vino temprano, que los adioses hasta ahora los asimilo como tales. Veo mi teléfono y he comenzado a borrar tantos números que extraño el solo hecho de marcarlos, llamar para contar pendejadas, para preguntar /qué hacemos mañana?.
Son días de nostalgias con sabor a aeropuerto, con olor de cabina telefónica extranjera. La distancia ahora parece un lugar, la extrañeza de un amigo que me contaba en su lenguaje los últimos artículos, las palabras de una amiga que me decían a qué le sabia la playa.
por ahora me tocará ponerme a pensar en preguntas esenciales
cuántas veces rueda la rueda de una bicicleta antes de pincharse?
cuántas veces sacas la lengua y la posas sobre el helado antes que se acabe?
cuántos suspiros has hecho antes de un beso?
quá cosas has dejado caer cuando te enamoras?
cuántas veces te has cortado los dedos con papel?
si tu sonrisa fuese un sabor de helado cual sería?
y finalmente, cuando extrañas, qué extrañas?
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