Javier nunca se habría dado cuenta que una vez mas, estaba cerca de lo inevitable; de eoncontrarse consigo mismo diferente, cambiado, extraño y ajeno a lo que siempre fue, y es que desde marzo de ese año cuando vió un mensajito de facebook de su amigo en Barcelona, tomó sus maletas y se encaminá hacia la nada del camino, tal vez llevaba como dos caramelitos noel entre sus pantalones que apenas le alcanzaron para la llegada a Madrid.
Ahora que no tenía motivos paras el estar, para el encontrarse en ese instante y momento, habia decidido que era hora de tomar nuevamente el vuelo pero en dirección contraria…
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