Dispares y de cerca (primera parte)

lo discordante es que en definitiva o mas bien en últimas yo no me podré enamorar de usted, claro, la soñaré, viviré, querré, haremos el amor, amanecerá y prepararemos huevos, le escribiré, contaré  y leeré; en ocasiones discutiré con usted, en otras llegará usted tarde y yo estaré de mal genio aunque también viceversa (esto último mas frecuente), es posible que cuando yo la vea sienta unos enormes deseos de besarla y lo haga, que la asuste con pendejadas como suele suceder, tal vez ocurra que un buen día usted me extrañe, me llame y me cuente recuerdos, yo la escucharé, le daré sonrisas, la abrazaré, le daré la razón por el hecho de verla sonreír y que me diga: »ves, tengo razón», la acompañaré con un chocolate caliente bajo la lluvia, buscaré su mano en mitad  de la noche para sentirla cerca, la encontraré sexy mientras lee el periódico el domingo en la cama, sonreiré cuando usted lo haga, creeré que tendremos un destino, mis brazos la rodearan mientras hacemos un pastel de cumpleaños, nos iremos el domingo a la afueras de la ciudad con el único fin de andar, dormiremos la siesta y veremos películas hasta la noche; pero como dije al comienzo no creo que me pueda enamorar de usted, porque usted, aún no aparece…
o tal vez ya nos conozcamos y nos ignoramos…