Pesa cerca de 50 kilos y su sonrisa pesa tanto como el viento en verano al frente del mar; tiene el cabello negro, negro como la noche que acaricia los sueños; sus labios son rosados y delgados como los suspiros que me quita en la mañanas. Tiene manos pequeñas con la que se toma un café con leche sin nata y con mas café que leche. No le gustan las series de zombies y a veces tiene ataques súbitos de sueño en mitad del día; cuando pasa eso, yo tomo dos de mis dedos y le escribo en el pantalón pequeños poemas. Tiene una sinceridad que va en automóvil y una ternura que vuela en globos de aire.
Ella… puntos suspendidos en el corazón.
Ella, palabras, miradas y suspiros cada día.
Para LEML
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